‘Manos al ambiente’ y lejos del trabajo infantil

Las vacaciones arrancaron y en los Centros y Puntos de Erradicación del Trabajo Infantil (CETI y PETI), impulsados por la Unidad Patronato Municipal San José (UPMSJ), las actividades lúdicas y el aprendizaje se combinan con el cuidado de la naturaleza. Este miércoles, 13 de julio de 2022, desde las 10:00, las jornadas de ‘Manos al Ambiente’ empezaron oficialmente, con una actividad en el CETI Carollo, en el sur de Quito.

Música, juegos, baile, canto, artes circenses, alimentación saludable y, sobre todo, alegría fueron parte del inicio de los vacacionales. La agenda está dirigida para niñas, niños y adolescentes, de 5 a 15 años. La actividad contó con la participación de representantes del Consejo Noruego para Refugiados, quienes apoyan la labor.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), aproximadamente, 86.000 niñas y niños, de entre 5 y 17 años, del Distrito Metropolitano de Quito se encuentran en situación de trabajo infantil. La tasa es del 10,54%; es decir, uno de cada 10 menores experimenta esta problemática.

“Cambiar esa realidad es nuestra motivación para seguir trabajando”, fueron las palabras de Rogelio Echeverría, director de la UPMSJ. A la par, detalló que las acciones son permanentes, incluidas aquella dirigidas a la primera infancia de la capital.

Quito cuenta con cinco CETI y cinco PETI. En estos vacacionales, se prevé llegar a más de 620 niñas, niños y adolescentes. Habitualmente, en los establecimientos se atienden a no menos de 550 menores. Los usuarios y usuarias reciben apoyo académico, actividades lúdicas, seguimiento psicológico, trabajo social y alimentación saludable. La comunidad puede integrarse a los servicios durante todo el año, solo requieren llenar una ficha y los documentos de identidad.

Echeverría recordó que el CETI La Mariscal ofrece servicio nocturno, destinado para hijos de personas que trabajan en la zona. El horario de atención es de jueves a sábado, de 18:00 a 03:00. Se incluye servicio de transporte.

Mónica Delgado, presidenta de la institución, resaltó que los profesionales del Patronato están capacitados para apoyar a los menores, impulsar sus talentos y guiar su desarrollo integral. En el caso del CETI Carollo, los expertos asisten a 70 menores.

Rita es madre de dos pequeños que acuden al establecimiento del sur de Quito. Este miércoles, llegó temprano para compartir la inauguración y, sobre todo, la alegría de contar con un espacio para que sus niñas puedan jugar y crecer seguras. La mujer de 39 años es comerciante, trabaja en el mercado Las Cuadras y antes de unirse a los servicios de la UPMSJ debía llevar a sus retoños al centro de abastos.

Tenía miedo de que les pasara algo, que se perdieran mientras ella vendía y, además, no podía darles la alimentación necesaria. La madre recordó que un equipo del  Patronato llegó al mercado e informó sobre el programa de Erradicación del Trabajo Infantil. Desde hace un año, ya puede trabajar con la tranquilidad de que sus pequeñas de 4 y 8 años están bien cuidadas, con la nutrición adecuada y lejos de riesgos.

Josselyn, vendedora en el mercado de la Ciudadela Ibarra y madre de un niño de 5 años, dio cuenta de uno de los peligros que ella y sus compañeras pudieron evidenciar. Mientras ellas vendían, un grupo de niños se dirigió hasta una quebrada cercana y uno de ellos se perdió. El menor cayó a la hondonada. Así que la mujer está contenta de que su primogénito asista a un lugar donde, además de recibir atención de profesionales, se distrae y aprende.

Si de diversión se trata, la inauguración incluyó una batucada con la participación de usuarias y usuarios del CETI Carollo y tuvieron la visita de artistas del Circo de Luz Quito. Natalia Peñaherrera es una de las integrantes del elenco y llegó para alegrar a los pequeñitos. Ella es artesana y auxiliar de enfermería.

En la pandemia, la mujer perdió el trabajo y por la situación económica tuvo que separarse de su hijo, de 16 años. Ella fue víctima de maltrato por parte de su antigua pareja. El circo le devolvió la sonrisa y ahora comparte su aprendizaje con personas de los diversos programas de la UPMSJ.

Noemí, de 12 años y sus dos hermanos, en cambio, son usuarios del Hogar de Paz, uno de los cinco CETI que operan en la urbe. La pequeña tiene un sueño: ser parte de las fuerzas del orden. Ella es beneficiaria del programa desde que tenía 3 años.

La niña, cuyos padres son comerciantes autónomos, va a octavo año de educación básica. Ya terminó el ciclo escolar y en las mañanas acude al establecimiento de El Tejar, en el Centro Histórico. En el sitio, las vacaciones empezaron con un huerto. Los pequeños plantaron verduras y hortalizas, junto a la Presidenta y al Director de la UPMSJ.

Las actividades vacacionales, al igual que las del resto del año, están destinadas para menores en situación de trabajo infantil, movilidad humana, acompañamiento y mendicidad.

Fuente: Paola Torres Olarte – Municipio de Quito

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