Actualmente la industria ecuatoriana busca combatir la violencia hacia las mujeres con la creación de políticas empresariales que, además de generar un ámbito laboral seguro, libre de violencia y discriminación, brinden a las mujeres la oportunidad de independizarse económicamente, obtener empleos y salarios dignos y/o sostener sus propios emprendimientos para salir de la situación de violencia en la que se encuentren.
De acuerdo con cifras del estudio “Los costos-país de la violencia contra las mujeres en Ecuador”[1] del Proyecto para la Prevención de la Violencia contra las Mujeres (PreViMujer) de la GIZ y la Universidad San Martín de Porres, la violencia contra las mujeres es el tipo de violencia que más costos ocasiona a la sociedad, totalizando a la economía global en unos 4,4 trillones de dólares al año; es el 5,2 % del PIB mundial y representa el 43% de los gastos por todo tipo de violencia. Mientras que en Ecuador la pérdida, en promedio, es de USD 4.608 millones, lo que representa el 4,28% del PIB.
El estudio también detalla que, en el último año, una mujer agredida gasta alrededor de cincuenta dólares para buscar asistencia médica y protección unas 4 a 6 veces a la semana. Asimismo, destina 31 horas para atender el último episodio de violencia que ha sufrido.
En este contexto Hellen Andersen, señala que las mujeres que viven en situaciones de vulnerabilidad o violencia necesitan de “autonomía financiera y a su vez acompañamiento psicológico”, y destaca que, “las mujeres que gozan de independencia económica a largo plazo tienden a verse menos expuestas a situaciones de violencia. Sin embargo, para promover mayor autonomía económica es necesario abordar las barreras que existen actualmente para acceder al mercado laboral y al emprendimiento”. Es por ello que, Corporación GPF – FEMSA en alianza con instituciones públicas y privadas promueve iniciativas para ayudar a mujeres con bajos recursos que se encuentran en situación de violencia o sobrevivieron a una.
Este año, la compañía reforzó su relación con el Patronato San José de Quito y gracias a la participación de colaboradores voluntariados, quienes, a través de talleres de diferentes temáticas, brindaron herramientas que permitan la empleabilidad de más de 20 mujeres en situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, como parte de su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Corporación GPF – FEMSA se une al “Día Mundial de la lucha contra la violencia hacia las mujeres” que se conmemora oficialmente cada 25 de noviembre desde 1999.
Igualmente, mantiene Políticas de Equidad de Género; Diversidad e Inclusión bajo los principios de no discriminación, integridad, respeto, empatía, equidad e igualdad de trato y oportunidades; permitiendo contar con equipos diversos y lograr los mejores resultados; el Código de Ética que aplica para todo el personal; así como la Política de Prevención del Acoso y Violencia. En 2016 la compañía firmó los principios para el Empoderamiento de las Mujeres, WEPs, por sus siglas en inglés y desde entonces, se comprometió a implementar los siete principios que permitirán empoderar y fortalecer las capacidades de las mujeres.
Para Corporación GPF – FEMSA, con más de 90 años velando por el cuidado de salud y el bienestar de los ecuatorianos, estas acciones reafirman su compromiso con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5, en especial con el 5.2 para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado; y fortalecen su gestión por el bienestar de sus colaboradoras. Ante esto, seguirán ejecutando iniciativas que reduzcan la violencia hacia las mujeres y las ayude a vivir una vida digna en una sociedad con igualdad de oportunidades.
[1] https://www.researchgate.net/publication/345902502_Los_costos_pais_de_la_violencia_contra_las_mujeres_en_Ecuador