Más de la mitad de la población mundial está infectada por Helicobacter Pylori (H. pylori), conocida como la enfermedad crónica de mayor prevalencia. Es la responsable directa o indirecta de numerosas afectaciones digestivas, según la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Helicobacter Pylori es una bacteria de forma espiral, crece en la capa mucosa que recubre el interior del estómago humano. Normalmente se contrae por aguas o alimentos contaminados y también se transmite de una persona a otra por contacto directo con la saliva o prácticas higiénicas inadecuadas.
La infección por Helicobacter Pylori es una patología silente ya que no produce síntomas en la gran mayoría de los casos, es decir cualquiera puede tener una infección sin saberlo y sin sentir daño alguno. Por lo general se adquiere desde la infancia y suele persistir durante toda la vida.
Sin embargo, cuando la bacteria provoca síntomas disminuye la calidad de vida de quien la padece ya que produce inflamación en el estómago y desarrolla entre el 60% y 70% de los ecuatorianos infectados una gastritis crónica o erosiva. También es la principal causa de la úlcera péptica, relacionada con algunos casos de cáncer de estómago. Anualmente, el cáncer gástrico produce más de un millón de muertes en el mundo y el 90% de esos tumores está presenta la infección por Helicobacter Pylori.
Para la OPS erradicar la infección por Helicobacter Pylori es todo un reto local y mundial porque no se cura normalmente por sí sola, es aquí donde radica la importancia de acudir a un especialista ya que la bacteria se ha vuelto muy resistente y difícil de disminuir su incidencia por la falta de atención ante esta patología.
La halitosis se define como olor desagradable del aliento y es una causa poco conocida por la infección de Helicobacter Pylori ya que produce mal olor bucal, debido a la producción de sulfuros y otros gases como el amonio a nivel oral.
Es así que cuando existe la presencia de este síntoma los gastroenterólogos envían a sus pacientes a un laboratorio para una evaluación de Helicobacter Pylori, sea mediante endoscopia, test de antígeno en heces o test del aliento que tienen un gran efecto de efectividad y sensibilidad para el diagnostico y tratamiento posterior.
Un grave error que se comete es la automedicación ya que es uno de los factores que está llevando al aumento de la resistencia. Lo más aconsejable es seguir las recomendaciones del gastroenterólogo y cumplir con los protocolos de tratamiento que será diagnosticado por un médico y adaptado a la situación específica de cada paciente.
Aunque se cree que la mitad de la población mundial está infectada por Helicobacter Pylori, existe una amplia variación en la prevalencia de la infección entre países y dentro de ellos está Ecuador donde más del 70% de ciudadanos la padecen, según el Ministerio de Salud Pública.
Jessie Carpio